El 9 de noviembre de 2009 aterrizamos en el aeropuerto Internacional de Beijing. Después de 4 horas de vuelo a Helsinki, 5 horas de escala, y otras casi 8 horas desde Helsinki a Pekín, estábamos deseando llegar al hotel para poder descansar un poco.¡¡¿¿descansar??!! noooo!!Beijing es una gran capital, y para poder ver lo máximo posible hay que ponerse en marcha pronto!!!
Por eso, no dudamos ni un momento en contratar la excursión que nuestra guía Nieves nos ofreció nada más montarnos en el minibús.
En primer lugar, visita al templo del Buda de Sándalo más grande del mundo.
Todos los templos, más o menos, están formados por varias "casitas" con la típica arquitectura china que estamos acostumbrados a ver en películas. En las entradas a estas "casas" hay grandes quemadores de incienso, donde los chinos devotos hacen sus ofrendas. Las entradas a todos los templos budistas y a las tumbas están custodiadas por una pareja de leones, conocidos como Perros de Fu o Perros de Buda (en China, son los Rui Shi), donde la hembra, siempre a la izquierda de la entrada, tiene bajo su pata a un cachorro, y el macho, a la derecha, sujeta bajo la zarpa un orbe.
Os pongo también un par de fotos de las "casitas" que os he comentado antes. Los interiores de los templos, en ocasiones, son difíciles de fotografiar ya que hay varios monjes vigilando. En este caso, nos pilló de "nuevos" y nos cortamos a la hora de hacer fotos en interiores... aunque más adelante, vereis que hemos perdido la vergüenza!
Tras esta visita, comimos en un restaurante típico. La comida china no tiene nada que ver con la comida china que estamos acostumbrados a ver en España. La forma de cocinar es diferente, la calidad de los ingredientes... No vayáis con miedo a la gastronomía típica...
Nos pusimos de nuevo en marcha, derechos a visitar los jardines imperiales. En la construcción de la Ciudad Prohibida, se acumuló la tierra que se extraída, de modo que se formó una colina donde ahora hay un mirador desde el que se puede ver gran parte de la ciudad.
Las escaleras suelen estar bastante concurridas, nosotros tuvimos suerte en varios momentos, en los que las escaleras estaban casi vacías...
Ya por la noche, la visita obligada era a la calle Wangfujing, donde pudimos ver el famoso mercado nocturno de alimentación donde todos los turistas nos hacemos las típicas fotos con los "pinchos" de bichitos. Los más normales, de calamares, gambas... que los hacían allí mismo a la plancha o fritos
Los escorpiones
y los capullos de gusanos de seda
Esa noche, cenamos cerca del hotel. Hay muchos 7-11 por las calles, de modo que se puede pasar a comprar pan, algo de paté... También está plagado de franquicias de comida internacionales, como McDonalds, Kentucky Fried Chicken o Pizza Hut. También hay multitud de puestos con los típicos fideos chinos.
En la primera noche, cenamos en el KFC. Cuidado, que todos los productos pican mucho... no son somo los que podemos encontrar en Europa. Eso sí, muy barato... dos menús de hamburguesa completos por 4 euros los dos... (No llegó a 40 yuanes)
